Tal vez cuesta entenderlo pero la realidad es que existen personas que viven el inicio de una historia de amor con angustia y sufrimiento. Sienten una ilusión especial pero el nivel de ilusión es menor al dolor que experimentan. En general, se trata de personas que tienen una necesidad de control, es decir, que necesitan dominar la situación, saber hacia dónde se dirigen, qué va a pasar, saber si están ante la persona adecuada, cuánto tiempo durará la historia… Es decir, se hacen tantas preguntas que son incapaces de pararse y disfrutar del presente, del ahora. De ese ahora que es el trampolín hacia el después. Pero para poder conquistar el mañana, antes tienes que construir los cimientos de la relación en una etapa bonita pero también difícil.
Es decir, el noviazgo es una etapa de conocimiento por ello, es normal que si otra persona no se siente bien contigo o tú con ella, la historia termine. Por ello, teniendo en cuenta que no tienes ningún medio para dominar el futuro ni saber qué podrá pasar, es mejor que aprendas a convivir con la incertidumbre. ¿Cómo puedes hacerlo?
Parando tu mente y siempre que a tu pensamiento llegue un temor, una duda o una angustia que tenga que ver más con el mañana que con el ahora, tíra toda la negatividad a la basura de un contenedor mental. Busca una ocupación inmediata que te obligue a centrarte en algo y así te será más fácil olvidar todo aquello que actúa como un veneno de tu corazón.
Disfruta de aquello que tienes. Relájate y piensa que al final, las cosas serán cómo deban ser. Ni más ni menos, tú simplemente, intenta poner lo mejor de ti, ser una buena persona y quiérete a ti y al otro desde el respeto para alimentar la confianza mutua.