¿Cómo influyen las circunstancias externas en la amistad verdadera?

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En ocasiones, los amigos se distancian cuando se produce un cambio de etapa. Cuando eso ocurre, los vínculos tienen un carácter circunstancial. Es decir, están vinculados a un contexto específico. Sin embargo, cuando los protagonistas se encuentran en un escenario diferente, la realidad del lazo también se modifica. ¿Pero cómo influyen las circunstancias externas en la amistad verdadera?

1. La historia se afianza más allá de los obstáculos

Los amigos tienen el compromiso necesario para encontrar soluciones que propicien el encuentro. Las circunstancias externas no siempre influyen de forma favorable en la amistad. Pero los protagonistas se sobreponen a cualquier dificultad por medio de la disposición interior para cuidar la relación. De este modo, los amigos verdaderos también afianzan su relación cuando viven a kilómetros de distancia.

2. Adaptación al cambio

Los amigos son conscientes de que las circunstancias personales, profesionales y familiares cambian. No se mantienen estáticas a lo largo de la vida. Sin embargo, sí existe algo que permanece de forma invariable en una amistad verdadera: la esencia que hace posible esa historia. Los amigos son creativos y resilientes, por ello, no están determinados por las circunstancias externas.

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3. Las circunstancias externas ofrecen oportunidades para cultivar la amistad

Existen diferentes perspectivas desde donde puede analizarse la realidad de una amistad. En una relación circunstancial, cuyo tiempo de vida se enmarca en un escenario concreto, el cambio de etapa significa el final de esa historia. Por el contrario, la amistad verdadera siempre encuentra oportunidades para mantener la comunicación, profundizar en la relación y cumplir nuevos objetivos.

¿Cómo influyen las circunstancias externas en la amistad verdadera? No determinan la naturaleza de un vínculo que, por el contrario, crece a partir de la libertad interior. Forman parte de la situación que viven los protagonistas, pero no son determinantes. Es decir, no describen aquellos factores que son más decisivos para la evolución de la historia.

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