Las dificultades forman parte de la vida pero, en ocasiones, se producen circunstancias extraordinarias que ponen a prueba con especial intensidad al ser humano. La resiliencia es la capacidad de ir más allá de estos factores externos para responder con fortaleza interior. ¿Cómo cuidar tu resiliencia?
1. Identifica tus fortalezas personales
Una situación compleja produce vulnerabilidad, sin embargo, es en momentos difíciles donde también renace la fuerza interior. ¿Cuáles son tus fortalezas en un momento de dificultad? Por ejemplo, el apoyo que te aportan las personas que son importantes para ti, incluso en la distancia. Identifica tus fortalezas para apoyarte en ellas.
2. Intenta estar presente
Cuando se produce una inquietud que genera confusión, la persona experimenta la propia dificultad que genera la ruptura con su zona de confort. ¿Cómo incrementar la resiliencia?
Intenta estar presente aquí y ahora. Aunque intentes predecir qué puede ocurrir a partir de aquello que te preocupa, esta observación es una proyección del propio estado de ánimo actual. Intenta estar presente, deja que tu preocupación descanse. Intenta pensar en otro tema.
3. Busca un sentido valioso ante la situación
Este es uno de los mensajes de resiliencia que podemos aprender de la escuela de la Logoterapia que pone en valor la búsqueda de un sentido personal ante una situación difícil.
¿Qué sentido es importante para ti en este momento? La búsqueda de sentido siempre es personal. Tal vez quieras poner tus reflexiones por escrito para profundizar en torno a una pregunta que encuentra su respuesta en la introspección. Alimenta tu corazón con el arte como expresión de belleza porque esta comunicación produce una catarsis en el ser humano.
¿Cómo has alimentado tu resiliencia en otros capítulos y momentos previos de tu vida? Aquellos episodios te darán la perspectiva de aquello que puedes hacer tú aquí y ahora.