Cómo evitar que el miedo a la soledad condicione tu libertad

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El miedo a la soledad puede condicionar la felicidad de cualquier persona. Alguien que está en pareja, por ejemplo, continúa en una relación por el vértigo que le produce la ausencia de compañía. Otra persona que tiene pocas relaciones sociales limita su agenda al renunciar a planes que podría hacer aunque fuese en soledad. Ir al cine, al teatro, dar un paseo o viajar son experiencias que también se descubren desde esta perspectiva individual. Sin embargo, la falta de compañía produce incomodidad a quien sale fuera de su zona de confort. ¿Cómo evitar que el miedo a la soledad condicione tu libertad?

Conquista tu libertad con determinación

La libertad es la conquista de la responsabilidad de tomar decisiones que conducen a objetivos deseados. Traslada a la realidad aquello que imaginas en tu mente. La incomodidad no es negativa en sí misma, de hecho, es una sensación natural que surge cuando la ruptura con lo conocido abre la puerta de un nuevo horizonte. Pero esta incomodidad no es permanente, llegará un momento en el que te familiarices con aquello que antes era anecdótico para ti.

Cuanto más te resistes a la soledad, más te condiciona con su poder. Nada es eterno en la existencia. Este es uno de los aprendizajes que podemos extraer del cambio constante. Las relaciones nacen, evolucionan y, en ocasiones, se acaban. Sin embargo, a lo largo de la vida, tienes la oportunidad de enriquecer tu tiempo y tu felicidad con tu presencia consciente.

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Vence el temor con iniciativa

¿Cómo evitar que el miedo a la soledad condicione tu libertad? Ten en cuenta que lo más relevante en este sentido no es el miedo en sí mismo, sino aquello que tú haces a partir de este temor. Y, por ejemplo, puedes superarlo, afrontarlo e intentarlo a pesar de todo.

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