En cuestiones sentimentales es posible vivir una lucha entre corazón y razón. Así sucede, por ejemplo, cuando te enamoras de una persona que sabes que no te conviene porque te hace sufrir. En este tipo de casos, el pensamiento envía un mensaje opuesto al del corazón. Sin embargo, es muy importante buscar el equilibrio entre razón y sentimiento para vivir los procesos amorosos con el bienestar que produce saber que estás en el lugar en el que quieres estar. ¿Cómo alcanzar este equilibrio con inteligencia emocional?
La razón es muy importante
Es verdad que el corazón y el sentimiento constituyen una parte integral del amor. Pero ello no implica desterrar la lógica y el sentido común como un motor fundamental de una historia. Es importante reflexionar sobre cómo te trata una persona, si consideras que es alguien coherente en sus hechos y palabras, si tú estás dando mucho más de lo que recibes… Reflexionar sobre tus vivencias te ayuda a ser más consciente de cuál es tu punto de partida para tener una perspectiva objetiva de la situación. El corazón asimila mejor una verdad una vez que ha pasado por el filtro del conocimiento.
El conocimiento ilumina el corazón
El conocimiento actúa, por tanto, como una luz del sentimiento. Solo puedes querer de verdad a alguien cuando le conoces. De lo contrario, se produce un enamoramiento ciego. Conocer a una persona de verdad es amarle tal y como y no como a ti te gustaría que fuera. Esta aceptación surge desde la perspectiva racional cuando conoces los defectos de otra persona y a pesar de todo, le quieres.
Escucha tu sentimiento interior y tu voz interna para descubrir qué sientes. Si con frecuencia experimentas bloqueos internos y muchas dudas es que el corazón y el conocimiento no van al mismo ritmo. En ese caso, tómate tu tiempo para pensar.