El peligro de ser una persona enamoradiza


La actitud es más importante de lo que parece a simple vista en el amor, por ello, seguro que a lo largo de tu vida, en función de tu madurez y tu evolución, también has cambiado tus expectativas en cuanto a la relación de pareja. Existen personas enamoradizas, o lo que es lo mismo, personas enamoradas del amor y del sentimiento en sí mismo. Deseosas de ese tobogán de emociones que produce tener un nudo en el estómago por saber si eres o no correspondido. Ese tipo de personas se enamoran con mucha facilidad, algo que evidentemente, tiene sus inconvenientes puesto que, de este modo, también aumenta el número de decepciones acumuladas en el corazón.

Las personas enamoradizas, a veces, necesitan muy poco tiempo para crearse su propia película en su mente. Una película que claro está, es perfecta precisamente porque forma parte de la idealidad. Pero su argumento, contrasta con la realidad cotidiana. Un rasgo positivo de una persona enamoradiza es que más allá de las decepciones que ha sufrido y del nivel de desencanto, sigue teniendo fe en el amor verdadero y cree que podrá encontrarlo. Este rasgo no sólo es bonito sino que también es positivo en orden a la felicidad.

De hecho, es mucho más destructivo que una persona se niegue la posibilidad de volver a enamorarse tras una decepción sentimental. Las personas enamoradizas deben aprender a disfrutar de la soledad y los puntos positivos que aporta la soltería que son muchos. Además, los momentos de soledad te pueden ayudar a fortalecer tu autonomía y tu independencia. Generalmente, las personas enamoradizas van aprendiendo con la madurez a valorarse más a sí mismas y a dar también prioridad a otros aspectos de la vida, como por ejemplo, el trabajo, la amistad o la realización personal.

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