Rarezas de la convivencia


La convivencia es la prueba de fuego de cualquier pareja ya que es en ese momento, cuando se convive de verdad y se conoce al otro al cien por cien. En ese instante, cae la aparienia para dar paso a la verdad del carácter y al modo de ser. Por ello, es esencial aprender a hacer la vida agradable a la otra persona y restar importancia a esas pequeñas manías y rarezas que son frecuentes y habituales.

Estas manías son todavía más habituales en el caso de aquellos que han vivido durante mucho tiempo solos en su piso de solteros ya que tenían la posibilidad de hacer todo lo que querían sin tener que dar explicaciones a nadie. Sin embargo, al convivir en pareja es esencial llegar a acuerdos en temas importantes y en otros en apariencia más superficiales como los turnos de limpieza.

Pero lo que nunca se debe hacer es convertir un punto de vista particular sobre cómo se debe tender la ropa, por ejemplo, en una riña innecesaria. Porque está claro que existen muchas formas diferentes de hacer las tareas de la casa, al igual que no todo el mundo tiene el mismo nivel de orden. Por ello, para evitar los conflictos es mejor que cada persona se centre en sí misma y en lo que ella puede mejorar, y menos en lo que podría hacer el otro.

Al final, después de un día de duro trabajo y de una jornada intensa lo que esperas es poder llegar a casa para estar en paz y tranquilidad junto a la pareja y la familia. De lo contrario, al compás del mal humor y de la ira, la relación se desgasta y poco a poco, la ilusión muere por completo. Por tanto, no te dejes amargar por las pequeñas manías de la convivencia.

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