Parejas individualistas y dependientes


Las parejas individualistas son aquellas en las que cada uno va a los suyo, y existe un concepto de independencia mal entendido. El individualismo no tiene nada que ver con ser independiente y tener autonomía (un ingrediente básico y fundamental en una pareja). Este modo de ser, prima cada vez más en la sociedad actual, pero el peligro es que a veces, también se transmite a las propias familias, a los grupos de amigos y a la pareja.

Compartir es fundamental en el seno del amor, haces planes juntos, fomentar la comunicación para saber qué sucede en la vida del otro y que no se convierta en un extraño, tener amigos en común, vivencias vividas juntos… ¿Cómo se combate el individualismo?

La realidad es que cuando de verdad estás con alguien que te hace feliz y que te aporta muchas cosas buenas, de una forma natural, te sale hacer hueco en tu agenda para poder vivir de verdad en pareja. Por tanto, a veces, detrás de una pareja que se ve muy poco, puede existir un sentimiento de dudas o de confusión en relación con los verdaderos sentimientos.

Lo contrario a una pareja individualista es el rol de dos personas que son dependientes al extremo la una de la otra, que no saben hacer nada sin estar juntas. La dependencia extrema es todavía mucho menos saludable que el individualismo. Al final, la pareja es una relación de dos, un trabajo de equipo por ambas partes. Pero una persona debe de saber coordinar en su vida, la relación de pareja con otros vínculos afectivos que son igual de ricos. La amistad, el trabajo, el espacio para uno mismo… Desde la dependencia, la pareja en vez de ser un potencial en la vida de una persona se convierte en una limitación extrema.

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