Lo que nunca debes hacer para gustar a tu pareja


Por enamorada que una persona esté de otra siempre debe tener presente qué es lo que no debe hacer por el simple hecho de querer agradarle. Una de las actitudes a evitar es dar la razón en todo a la otra persona. Las opiniones y puntos de vista propios también son valiosos y deben ponerse en común en el contexto del diálogo. Por mucho que una persona admire a su pareja es natural que existan puntos de criterio distintos.

Idealizar a tu pareja

Siempre que se produce algún tipo de idealización en el amor surge una decepción posterior porque ese ideal se rompe en algún momento. Por tanto, es recomendable intentar conocer a la pareja del modo más objetivo posible y admirarle por sus virtudes pero no idealizar su modo de ser. El amor siempre es mejor cuando se fundamenta en criterios realistas.

Renunciar a tus aficiones

Puede que muchas de tus aficiones no sean de interés común de tu pareja. Pero eso no significa que tengas que renunciar a tus gustos personales para pasar más tiempo juntos. Serás más feliz si te desarrollas personalmente en tus inquietudes que si renuncias a ellas. Además, si en algún momento la relación se acaba, este tipo de renuncias innecesarias también pasa factura como consecuencia de la deuda emocional producida por haber dado mucho y no haber recibido tanto.

Decir sí cuando es no

Existe un principio de comunicación esencial en una comunicación clara, sencilla y directa. Aprende a decir no cuando es no. Este es uno de los aprendizajes que más cuesta a muchas personas que temen herir los sentimientos de su pareja o disgustarle por llevarle la contraria. Por ejemplo, si tu pareja te propone un plan que no te apetece hacer en ese momento y rechazas la propuesta, no estás rechazando a tu pareja sino a esa idea concreta.

1 comentarios

  1. TU NOMBRE
    No quisiera recordar tu nombre
    y me muero llamándote cariño
    no es que mi boca a ti te nombre
    es mi mente un laberinto sombrío
    cuando duermo en los sueños te veo
    y despierto con tu nombre en mis pupilas.
    No cubriste mi pasión con tus besos,
    nada más palabras de estricta cortesía,
    recogí un puñado de cenizas
    y busco en ellas mi rumbo mi destino,
    no imaginas la triste realidad que me tortura,
    cuando asoman los rayos del día.
    Y circundo mi doctrina con pedazos
    de esperanza, le pido al sol que se despida
    para dormir de nuevo entre tus brazos
    en un sueño que ejerce pasajes fidedignos
    y agrego un poco de tu ausencia
    a esta soledad que me lastima, vaga sin ti
    como una brújula que ha perdido su rumbo
    y despierto con tu nombre en mis pupilas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *