Diferencias entre amor y obsesión

El amor y la obsesión se diferencian en algo fundamental: mientras que el amor sano es un beneficio para nuestra salud, por el contrario, la obsesión muestra la espiral de la autodestrucción. Cuando una persona ama a otra es libre, por el contrario, cuando está obsesionada es esclava de su propio pensamiento y de un deseo que no ha canalizado debidamente. ¿Qué más diferencias existen entre el amor y la obsesión?

La obsesión no es amor

La obsesión no es amor, ni una persona que ama a otra está obsesionada. Por tanto, son dos términos incompatibles que se excluyen mutuamente. La obsesión muestra el amor irracional de vivir atormentado. Es muy importante amar con inteligencia emocional, poner razón y corazón al sentimiento para que no desemboque en una fuerza incontrolable. En ocasiones, la obsesión comienza a partir de situaciones tan posibles como el amor no correspondido o incluso, el amor platónico. Existen algunos dichos populares que lejos de mostrar sabiduría pueden ser un mensaje que incita a la obsesión: «El que la sigue la consigue es un ejemplo de actitud equivocada».

Mientras que el amor aumenta tu crecimiento personal, te ayuda a conocerte mejor a ti mismo y te permite fluir al compás de la vida, por el contrario, la obsesión te lleva a quedar estancado en una situación que no te hace sentir bien y, sin embargo, sientes que no puedes hacer nada para cambiarla. Sientes que ese amor es más fuerte que tu voluntad. Sin embargo, una obsesión sí puede curarse, y lo más importante es tomar conciencia precisamente de que ese sentimiento no es amor.

Cuidado con los estereotipos románticos

Si una persona está obsesionada con su objeto de deseo puede pedir apoyo psicológico para reaprender hábitos de amor verdadero hacia uno mismo y hacia los demás. La obsesión suele ir acompañada de los celos y la posesión. Conceptos que debes tachar del diccionario del amor.

Al igual que debes poner en su contexto el romanticismo. Ya que algunos mensajes del tipo «si me quisiera, lo haría por mí» o «sin ti no soy nada», son el inicio de la obsesión amorosa.