Deja que pase el tiempo


En la sociedad de la prisa y de la ansiedad por lo urgente cuesta mucho más de lo que parece a simple vista, tener paciencia y dejar que el tiempo pase. Cuesta todavía más esperar en cuestiones de amor porque la derrota sentimental no se lleva nada bien, al igual que la incertidumbre. Sin embargo, en más de una ocasión, vale la pena olvidarse de un tema para centrarte en otras cosas. De este modo, te distancias, tomas otra perspectiva, y tal vez, vuelvas a retomar ese tema con más intensidad en el futuro.

Deja que pase el tiempo siempre que tengas la sensación de no poder más, cuando estés agotado de dar vueltas a la cabeza a un mismo tema, cuando pienses que nada tiene sentido o que ya no puedes dar más de ti mismo. En ese caso, descansa, relájate y deja que las cosas sean como deben ser. El tiempo es ese remedio natural que puedes utilizar a tu favor a través de la magia de la autoaceptación.

Por el contrario, cuando te culpas y no aceptas los acontecimientos, entonces, te olvidas de lo más importante de la vida: tu bienestar, tu tranquilidad interior y tu felicidad. Nada está por encima de ti mismo, por ello, ten siempre claro el orden de prioridades de la vida en medio de ese esquema de inteligencia emocional que te guía.

El tiempo pasa muy rápido en ciertos momentos, pero en cambio, pasa muy lento cuando se vive de la forma equivocada en medio de la tristeza, el sufrimiento, el dolor y la angustia de vivir sin un objetivo claro, o más bien, con un objetivo que te hace sufrir. En muchas ocasiones, el amor pierde toda su magia cuando te marcas un objetivo que te amarga en vez de hacerte sentir alguien especial.

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