Uno de los pasos más necesarios, cuando una pareja decide continuar con su relación a pesar de la infidelidad, es recuperar la confianza mutua. Generalmente, se establece un vínculo a partir del que quien ha cometido la infidelidad debe ganarse la confianza de su pareja. Sin embargo, lo más positivo es establecer una relación de igualdad en la que no existen víctimas, ni culpables sino dos personas comprometidas con el objetivo de mejorar su comunicación. De entrada, aquellas parejas que luchan por lograr esta meta nunca pueden saber de antemano si finalmente, serán más fuertes que las consecuencias negativas de dicha infidelidad.
Lo que no se debe hacer
Lo que no se debe hacer en una situación de este tipo es querer tener confianza a partir de pruebas constantes. Es decir, no debes mirar el teléfono móvil de tu pareja para consultar su privacidad. Tampoco debes estar llamando a cada rato a tu pareja para que te cuente dónde está y con quién. Si por algo es difícil lograr la confianza después de una infidelidad, es porque confiar es más un acto de fe que de pruebas científicas.
Para recuperar la confianza, una pareja puede decidir solicitar ayuda profesional y hacer una terapia. El proceso suele ser largo y costoso. Lo más recomendable es establecer unos objetivos semanales realistas para seguir avanzando después de la infidelidad.
Buscar el equilibrio con el presente
Es conveniente buscar el equilibrio entre pasado, presente y futuro porque es importante hacer balance del ayer, ponerlo en perspectiva con el futuro desde la conexión con el presente. No se puede tomar la decisión de luchar por una nueva oportunidad en cuestión de unos días. Una infidelidad tiene el suficiente impacto en la relación como para dedicar un tiempo a pensar en uno mismo, en ambos y en lo que se espera de la pareja.