Las mentiras pueden llegar a producir una gran desconfianza en la pareja. Existen algunas fórmulas para sospechar sobre una posible mentira. Y una de ellas es atender al lenguaje corporal del interlocutor. Si cuando estás hablando con tu pareja de un tema que para ti es importante, evade tu mirada, y no busca el contacto visual de un modo natural, este síntoma genera desconfianza. Generalmente, muestra algún tipo de ocultación. Lo mismo ocurre si cuando tú quieres aclarar un asunto, tu pareja tiene prisa por darlo por zanjado y quiere pasar de puntillas por la cuestión a tratar. Si tu pareja transmite nerviosismo e inquietud, puede que esta inquietud también esté motivada por la tensión que le produce ser descubierto.
Contradicciones sin fundamento
Cuando una persona miente de un modo habitual, lo más probable es que en algún momento caiga en su propia trampa al desdecirse de algo que había asegurado anteriormente. Uno de los síntomas habituales en una persona que miente con frecuencia es que cae en contradicciones poco lógicas y en incoherencias. En este caso, lo más probable es que tu pareja se ponga a la defensiva incluso sin que tú le hayas acusado de que miente.
Escucha tu sentido común
Si vives en una especie de nebulosa constante en tu relación, con la duda crónica de no tener las cosas claras. Si tu pareja te dice que te quiere mucho y te promete el mundo pero a la hora de la verdad, no te lo demuestra, entonces, esta es otra forma de mentira. La de decir te quiero sin sentirlo realmente y generar expectativas poco sólidas.
Si casi siempre que llamas por teléfono a tu pareja no le localizas y busca mil excusas para justificar el motivo por el que no ha estado disponible, puede que haya algo que desconoces. Especialmente, si cuando está contigo vive pendiente del móvil.