Aprender a controlar la ira


La ira, es una emoción muy fuerte en nuestro organismo; son una serie de sensaciones que nos llevan al descontrol e incluso a no pensar y actuar impulsivamente, hasta llegar a desconocernos a nosotros mismos por nuestras propias acciones.

Es una respuesta agresiva que vamos aprendiendo de nuestro medio, y que observamos que tienen ciertos resultados en nuestro entorno. En muchos casos durante nuestra infancia hemos aprendido que es la forma de conseguir lo que queremos.

Esto puede ocasionar serios problemas en la calidad de vida, por lo que es necesario tener en cuenta estos consejos para suprimir o reducir la ira:

Analiza las causas del enojo: Emociones como el miedo, estrés, etc, son sustitutos de la ira, por eso hay que cuestionarse qué es lo que provoca el enojo.

Comprende a tu pareja: debes encontrar qué es lo que motiva el desacuerdo para evitar que nazca una discusión.

Integra el respeto y la prudencia: Antes de decir un comentario hiriente piensa en cuál sería tu reacción al recibirlo.

Identificar las reacciones del cuerpo: Si existen dificultades para respirar, pulso acelerado, etc; es señal de que hay que calmarse.

– Trata de detener tu pensamiento negativo: Sustituye sentimientos y pensamientos negativos por otros positivos para evitar sentirte controlado por la situación.

Cambiar de entorno: Salir a caminar, escuchar música, incluso recurrir al humor pueden ayudar a controlar el enojo.

No olvidéis que la ira es una respuesta aprendida que se ha instaurado tan profundamente en cada uno de nosotros, que casi creemos que «así somos». Pero en realidad podemos aprender formas de controlarnos, de actuar distinto y de ganar y obtener el respeto y admiración de quienes nos rodean.

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