Anular la boda poco antes de casarte


Existen situaciones difíciles en el amor. La toma de decisiones que implica ser coherente con uno mismo y los propios sentimientos puede resultar compleja: anular la boda poco antes de casarte muestra la contradicción de haber tomado una decisión de la que luego te arrepientes. Aquellas personas que anulan la boda poco antes de la fecha señalada lo pasan realmente mal porque se sienten presionadas por el miedo al qué dirán los demás.

En ese caso, es mejor tener humildad y asumir como una equivocación el hecho de la precipitación en la organización de una boda para la que no se estaba preparado y entender que el daño es menor anulando la boda que dando el sí quiero sin estar convencido de ello. No es una situación cómoda, sin embargo, afrontar los hechos tal y como son te permite ganar confianza y seguridad en ti mismo. ¿Qué hacer en una situación así?

Asumir las consecuencias de los actos

Lo más importante es asumir que todo acto tiene un precio. En este tipo de situación, el precio es herir los sentimientos de la pareja e incluso, decepcionar a personas cercanas. Pretender dar un paso de este tipo sin que nadie se enfade por lo ocurrido es ir en contra de la esencia de los propios sentimientos.

Aquella persona que se siente abandonada experimenta el dolor de sentir que alguien ha jugado con sus sentimientos. Por ello, lo más saludable en una situación así es, una vez explicada la situación y aclaradas las cosas, no aspirar a mantener una amistad.

Una observación importante

Fruto de los nervios que produce una decisión tan trascendental puede ocurrir que una persona tenga dudas (la mayoría de las parejas las tienen). ¿Cómo diferenciar entre estas dudas y la certeza de no querer casarte?

Imagina tu futuro en un plazo de cinco años junto a la otra persona: ¿Cómo te hace sentir esa idea? ¿Qué emociones experimentas?

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