Amar en invierno


El frío despierta en ti la preferencia por quedarte en casa bien calentito, al lado de la estufa. Si tu calor es compartido con el calor que emana tu pareja, ambos gozaréis de una velada inolvidable.

Para acompañar las tardes invernales puedes preparar a tu amorcito infusiones de raíz de malvavisco, hinojo, cola de caballo, raíz de jengibre, bayas de enebro, hojas de ortiga o clavo.

Los colores que aluden al Invierno son el negro o azul marino. Los dos remiten a la mayor oscuridad y a la necesidad de concentrar las energías hacia el Interior.

En esta estación, la naturaleza se despoja de todo lo externo (hojas, flores), mientras que la savia sigue corriendo en su interior y en las profundidades de la tierra (raíces y semillas).

Las fuerzas amorosas se estrechan y solicitan a los amantes una compenetración para permitirse la licencia de crear. Después del acto sexual, el embrión es recibido en el útero de la madre, donde flota y se nutre en un medio acuoso, a través del cual le llegan los sonidos del mundo. Igual que el agua engendra vida, la existencia nace en este proceso. Debido a sus cualidades femeninas, maternales, interiores, fluidas y receptivas, los taoístas definen el invierno como el periodo más Yin.

En tu propósito por buscar la sensualidad del otro, mantén tus articulaciones en forma y realiza movimientos con la pelvis. Te sugerimos concretos ejercicios de yoga o giros originales mediante la danza del vientre. De igual modo, los movimientos armoniosos y globales del Tai-Chi, te proporcionarán una sensación de energía renovada.

Durante este invierno los astros en general señalan que las primeras nieves unirán a los que jamás se habían atrevido a decirse nada, conectará mejor a los casados, y emparejará a los que hace tiempo buscan su media naranja.

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